Siempre he sido un señor

Se ha dicho que para tener la vocación de portero de fútbol, una condición indispensable es la ser un poco loco. Francisco Buyo, actual guardameta del Real Madrid, es para muchos de sus detractores, el paradigma de esa definición. Pero también tiene defensores, aquellos que piensan que con su peculiar estilo ha salvado muchos puntos al Real Madrid en los difíciles momentos de la era Beenhakker. La polémica le rodea desde aquel fatídico 3 de diciembre, en que la televisión le descubrió cuando intentaba robarle la cartera casi sin testigos al árbitro Martín Navarrete en un derby ante el Atlético. Durante dos largos meses, la maraña de la justicia deportiva española le colocó en el disparadero. Su continua aparición en los medios de comunicación hizo que casi se le responsabilizara de casi todo lo malo que ocurria en el país, durante aquellas fechas.

Sólo le sancionaron con cuatro partidos, pero el castigo social fue lo peor. Buyo no pudo jugar en algunos campos conflictivos como San Mamés y el propio Manzanares. Desde su propio club se alzaron voces indicando que no se podía tener como portero a un enemigo público. Fue la época en la que se contactó con Ablanedo, del Sporting, y Jaro, del Málaga. Buyo volvió al estadio del Atlético, propició un triunfo copero por 0-2, tras parar un penalti a Baltazar, y durante la pasada semana, tras ser suplente en Atocha consiguió el imposible. Que Jesús Gil, el mismo que pidió su inhabilitación a perpetuidad, elogiara su actuación. Su figura, siempre crispada y en tensión aunque el balón se encuentre lejos de su área, sus salidas, heterodoxas en algunos casos, levantan pasiones entre los ultras que quedan en el Bemabeu, y odios exacerbados entre las hinchadas rivales, y especialmente la rojiblanca. Pero no va a cambiar tanto si continúa en el Madrid, donde termina contrato el 30 de junio, como si acaba marchándose de la casa blanca. «Ahora vuelvo a recibir elogios, pero el fútbol, como la vida, da muchas vueltas. Hace una semana volvieron a criticarme tras lo ocurrido ante el Milán. No soy un héroe por lo del Manazanares, ya que los partidos, los ganan once jugadores y no uno solo, pero tampoco soy un villano». 

Para Buyo «se ha creado una imagen falsa de mí. Desde aquel 3 de diciembre, no me he metido en ninguna polémica y si quieren incluirme en alguna procuro aislarme». « Me han querido hundir pero la gente debe darse cuenta de que en mi carrera deportiva no he lesionado a nadie. Lo único que he hecho siempre es defender los colores del club que me paga. Esa es mi principal cualidad». El portero del Madrid tiene muy clara su situación.«Se me hizo responsable de un hecho monstruoso cuando lo único que hice fue defender la portería de mi equipo. Apenas dos semanas después se organizó una tremenda tangana en un partido y no surgieron los mismos comentarios. El agravio comparativo es evidente».

El gallego no cree que la fama que arrastra se deba a su forma de desenvolverse bajo los palos. «Eso de los porteros locos no va conmigo. Los porteros somos personas como otras cualquiera. En cuanto a mi forma de actuar, es cierto que no puedo estarparado bajo la portería. Vivo los partidos, no soy un «pasota» en el campo. Eso es muy importante». Esa forma de actuar propició el que se hablara de «buyadas», de salidas a destiempo que ponen con el corazón en un puño a los defenas «El fútbol evoluciona cada día más.. Una persona inteligente y observadora, se dará cuenta de que son ya muchos los porteros que salen de la portería, que adoptan nuevos riesgos en función de la táctica de un equipo. Se ha creado una escuela y yo he tenido que ver en ello. A mí, me criticaron pero muchos porteros han seguido estas normas de actuación» En cualquier caso, Buyo no sólo tiene la fama de portero imprevisible. También se le reconocen virtudes como su gran capacidad es el uno contra uno, faceta en la que es un espléndido especialista. Su carácter conflictivo le ha granjeado enemigos en el seno de la propia directiva madridista. Se le siguen buscando sustitutos. La junta ha vuelto a insistir en la necesidad de buscar un portero con mejor imagen, independientemente de que se reconozcan los méritos deportivos del gallego. 

Mendoza tiene la palabra y de momento no ha mostrado el mismo interés por este tema que por la renovación de otros jugadores, con mejor imagen aparente como Chendo. Hace un año el mismísimo Jesús Gil , se interesó por sus servicios. Ahora, tampoco puede descartarse una nueva ofensiva de don Jesus, aunque pueda parecer increible.«Soy un profesional y puedo ir a cua quier parte. Lo ocurrido con el Atlético está olvidado y una hipotética oferta de ese club la estudiaría igual que cualquier otra aunque mi mayor deseo es quedarme en el Real».

Buyo ha vivido los continuos desencantos de la «quinta del buitre» en las copas de Europa y los cambios en la mentalidad de la plantilla durante los últimos cuatro años. «Es evidente que se han producido transformaciones. Se han ido grandes jugadores que dejaron huella en el club y quizá se está notando su falta al menos en las relaciones de vestuario, que son muy importantes para tener más garantías de éxito en los partidos importantes Pero todavía creo que puedo ser campeón de Europa». Nunca se le ha identificado con los grupúsculos que forman la plantilla madridista. Va por libre y se dice que apenas tiene amigos en el. Real, que por eso muy pocas veces han salido. en su defensa los jugadores, ni siquiera en los malos momentos. «Tengo amigos en el Real Madrid, compañeros con los que me llevo muy bien aunque desde luego en el Madrid no tengo ningún amigo íntimo del alma, que es muy diferente». Sin embargo, en el recuerdo quedan algunas frases para la historia de hombres carismáticos dentro de la casa como Ricardo Gallego, quien tras alguno de los incidentes provocados por el meta gallego indicó de forma lacónica. «'Ya conocemos a Paco y no creo que vaya a cambiar».

Incluso tras los malos momentos tras el fatídico derby, no fueron muchos los compañeros que mostraron con total rotundidad su apoyo al portero. Alguno debió acordarse de los problemas que tuvo con el propio Buyo cuando tuvo con el propio Buyo cuando éste jugaba en el Sevilla. Nació para vivir en el filo y lo asume. Este admirador de porteros como su antecesor Miguel Angel o el inglés Gordon Banks, «el chino», «guardametas de portentosos reflejos y con una técnica perfecta» todavía tendrá que pasar por nuevas reválidas para demostrar que al margen de buen portero, es también un jugador deportivo. «Soy el primero en reconocer mis virtudes y defectos. Con mis características, he permanecido en la élite, he llegado al mejor club de España ». La selección es otra espina clavada. Arkonada y Zubizarreta cubrieron dos etapas que dejaron a Buyo como suplente para situaciones de emergencia, que no fueron muchas. Luis Suárez parece haberse olvidado de él y el Mundial de -Italia parece ya un sueño muy lejano. «Yo no desespero. Estoy jugando a pleno rendimiento en un club de la calidad del Madrid, tengo 31 años, edad ideal para un portero y si hago una buena temporada puedo tener mi oportunidad. No creo que los líos en los que quieren meterme algunos puedan influir negativamente». 

Tras lo de Milán, en que algunos detractores volvieron a ver al Buyo alocado e histérico, la sombra del pasado ha vuelto a hacer acto de presencia. Los viejos fantasmas han revoloteado sobre un hombre que cree que ya ha pagado su culpa y que se ensañaron con él. «Ya estoy harto de ese tema. Me tomaron como cabeza de turco, de una situación que se ha repetido mil veces. Paco Buyo ha hecho muchas cosas buenas, y nunca se le dieron tanta importancia, sin embargo aquello siempre lo recueda todo el mundo.»

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