Emma Thompson en la película del IRA

Sus protagonistas son Emma Thompson y Daniel Day-Lewis, ambos con dos Oscar en su historial. La música es de Sinead O,Connor. La historia es actual y está basada en hechos reales.

Una buena etiqueta para avalar el éxito a una buena película.

Lo único que no está totalmente claro es si esa realidad se corresponde exactamente con la verdad.

In the name of the father (En el nombre del padre) es una de esas obras en las que verdad objetiva y verdad cinomatográfica no se dan exactamente la mano y que sufre las consecuencias de haber reducido una larga historia, ya comprimida en el libro en la que se basa, a un producto de dos horas.

Emma Thompson da vida a Gareth Peirce, la abogada de Gerry Conlon, un supuesto terrorista del IRA que pasó en la cárcel quince años por un atentado que no cometió, y al que encarna Day-Lewis. Jim Sheridan, su director, ha llevado a cabo un ejercicio de condensación que, como sucede a menudo en las películas sobre hechos históricos recientes, corre el peligro de no dejar contentos a algunos de los protagonistas en los que se basa. Especialmente si, para realzar algunos de los efectos cinematográficos, el director se permite las licencias de alterar algunos de los momentos de la verdad histórica para dar mayor fuerza narrativa.

Eso sucedió antaño con Todos los hombres del presidente, la película sobre el caso Watergate, o en Missing, sobre la dictadura chilena, o incluso la más reciente JFK, en la que Oliver Stone se permite hacer de una línea argumental no confirmada el principal eje narrativo.

En el nombre del padre, a otro nivel, se produce una misma alteración de esa realidad, con una historia verídica la de los condenados por colocar bombas en varios pubs de Inglaterra en plena oleada terrorista del IRA por un delito que no cometieron pero basada en el relato parcial de sólo uno de los protagonistas, y con alteraciones adicionales por parte del director.

Algo que, sin embargo, no ha disminuido en un ápice su apabullante acogida en Irlanda y en Estados Unidos, donde hasta ahora se ha estrenado. Desde que llegó a Dublín hace unas semanas, tan sólo Parque Jurásico ha conseguido desbancarla en el ránking de las películas más taquilleras.

En la nación norteamericana donde lleva varios meses en cartel, también ha obtenido un éxito similar, empujada en buena medida por el importante «lobby» proirlandés que existe en amplias partes del país. Un claro producto de Hollywood, en Estados Unidos la película de Sheridan se ha presentado y ha sido vista por los críticos como un claro alegato contra la presencia británica en Irlanda del Norte.

El elemento político es la base narrativa de esta obra y el propio director no lo ha ocultado en sus declaraciones en su propio país durante su campaña de promoción.

«El "establishment" británico demoniza al pueblo irlandés, y esta historia pone de manifiesto una actitud racial que está en la base misma del conflicto en Irlanda del Norte».

Con esos antecedentes, la expectación está ya servida para cuando llegue a las pantallas británicas a principios del próximo mes.

En el nombre del padre, en la que se dan la mano el IRA, el terrorismo y los errores judiciales, se ha convertido en este poco tiempo en una película controvertida que se va a estrenar en Inglaterra e Irlanda del Norte en uno de los momentos de mayor esperanza para conseguir la paz en sus 25 anos de guerra civil.

La película es polémica tanto por su argumento como por las licencias que su director, Jim Sheridan, se ha permitido en aras de una mayor fuerza visual. Está basada en el caso de los «Guildford Four» (los Cuatro de Guildford) y los «Maguire Seven» (los Siete Maguire) o, lo que es lo mismo, en uno de los más sonoros e impactantes errores de la justicia británica, grabados indeleblemente en la memoria colectiva de éste país y que provocó el encarcelamiento de seis miembros de la familia Maguire y un amigo de éstos por sus supuestos vínculos con la campaña de bombas desencadenada por el IRX a mediados de los setenta en territorio inglés.

Todos ellos fueron acusados de la fabricación y tenencia de los explosivos colocados en dos pubs de la ciudad de Guildford en octubre de 1974, que causaron la muerte de cinco personas. Un sobrino de los Maguire, Gerry Conlon autor del libro Inocente demostrado, en el que se basa esta película fue detenido junto con otras tres personas, Paul Hill, Paddy Armstrong y Carole Richardson, como supuestos autores de los atentados mortales. Los cuatro fueron sometidos a interrogatorios tras los que reconocieron según la declaración policial haber sido los ejecutores materiales de la colocación de las bombas, y en los que implicaban a la familia Maguire como fabricantes de los explosivos.

Algo que, dentro de un clima de creciente violencia y paulatino protagonismo del IRA en aquella época, no necesito mayores comprobaciones, Todos ellos fueron sentenciados y acabaron en la cárcel.

Los Maguire, incluido el pequeño de sus hijos, que sólo contaba 14 años, fueron condenados a penas que oscilaron entre los cinco y los catorce años. Tras múltiples apelaciones e intentos de revisar el caso se pudo descubrir que varios de los policías que llevaron a cabo la investigación habían mentido en sus conclusiones. Quince años después, los tribunales tuvieron que reconocer que los encarcelados eran inocentes.

Todos ellos perdieron una parte importante de su vida entre barrotes. Alguno como el padre de Gerry Conlon murió en prisión. La historia de los Maguires y el caso de los «cuatro de Guildford», como el de los «seis de Birmingham» y algunos más, han supuesto un borrón inmenso en el sistema judicial británico, uno de los pilares en los que ha confiado siempre la sociedad de este país. Con ese telón de fondo, era fácil imaginar la polémica que iba a originar la película, cuyo éxito de público está más que sorprendiendo a todo el mundo.

Pero ese es sólo uno de los aspectos de su contenido. Jim Sheridan, que ha dirigido antes The Field (El campo) y My lett foot (Mi pie izquierdo), se ha basado exclusivamente en el relato de Gerry Conlon que tiene realmente un notable parecido con Daniel Day-Lewis, quien le encarna en la pantalla , sin haber tenido en cuenta la opinión de los otros partícipes en la historia.

La familia Maguire alega que nadie les ha consultado ni les ha pedido ninguna información ni sus opiniones sobre lo que sucedió. Y éstos han abierto su tarro de los reproches, alegando que la película no refleja la realidad y hace quedar como un héroe a su sobrino Conlon, a quien consideran el verdadero culpable de que pasaran en la cárcel tantos años.

El director se ha permitido alterar algunas partes de lo sucedido para reforzar los efectos visuales. En la película, Conlon y su padre comparten la misma celda lo que nunca ha sucedido , se presentan reuniones que nunca se produjeron, o incluso se hace aparecer conjuntamente en juicio a los cuatro de Guildford y a los Maguire, lo que tampoco responde a la realidad. En esta controversia, la película ha acentuado heridas dejadas tras tantos años de privación de libertad por algo que no cometieron.

El patriarca de los Maguire ha pedido incluso que En el nombre del padre sea prohibida en el Reino Unido por presentar secuencias que no corresponden a la realidad y, sobre todo, por ofrecer una visión sesgada en la que sigue planeando la sospecha de su participación en los hechos. Y, asimismo, se ha agudizado el enfrentamiento entre ellos y su sobrino Gerry Conlon hijo de Sarah, una hermana de los Maguire.

«Gerard Conlon es el peor sobrino que uno pueda tener. Nunca se ha disculpado por la agonía que causó a mi familia. La película enaltece a quien es parcialmente responsable de uno de los más importantes errores cometidos en los tribunales británicos y está totalmente sesgado», ha declarado el padre de los Maguire a un diario londinense.

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