Peluqueros luchando contra el cáncer

No es oncóloga, ni psicóloga, pero Mercedes Garrosa puede presumir de haber contribuido a la recuperación de muchos enfermos de cáncer. Directora de la clínica capilar Tizho's desde hace 30 años, Mercedes, desde su piso en la madrileña calle de Alberto Alcocer, ayuda cada día a numerosas personas a superar esta enfermedad. La caída del pelo causada por la quimioterapia es, sin duda, una de las mayores cargas físicas y psicológicas de los pacientes con cáncer y se considera uno de los efectos secundarios del tratamiento más temido y traumático. 

«Por suerte se ha desmitificado mucho la palabra cáncer y ya no se asocia siempre a muerte. Lo único que le recuerda a un paciente la situación que está viviendo es la calva», asegura Garrosa. «Cuando yo empecé en esto los médicos no le daban mucha importancia al tema estético, sólo les preocupaba curar a la persona. Pero ahora esto ha cambiado». Tanto es así que la clínica Quirón ha puesto a disposición de sus pacientes la Unidad de Medicina Complementaria, un servicio formado por nutricionista, un acupuntor, una psicóloga, un homeópata y un centro capilar donde colabora la propia Mercedes.

Tizho's no es una tienda de pelucas. «Aquí nadie se prueba nada. Tienen que creer lo que yo digo. Cuando les pones su peluca -una peluca anatómica, exclusiva y no prèt-â-porter-, ya van tomando confianza». 

El pelo de estas pelucas hechas a mano puede ser sintético o natural. Aunque Mercedes trabaja únicamente este último, para ella mucho más logrado y ventajoso: «En el hecho de elegir pelo natural o sintético puede pesar el poder adquisitivo del paciente (una peluca natural puede costar entorno a los 1800 euros), pero no los cuidados porque el pelo natural no necesita cuidados especiales. Se lava fácilmente con un peine, se da mascarilla… pero nada más», explica. Aunque el centro ofrece un servicio de peluquería para quien así lo requiera. 
Las pelucas de hoy en día están tan logradas que, aunque parezca increíble, Mercedes confiesa que muchos de sus clientes quieren seguir con ella a pesar de haber concluido el tratamiento. 

Concha García Campoy y Sylvie van der Vaart son dos de sus pacientes-clientas. Hasta la propia Mariam Suárez dedicaba unas palabras de cariño a Mercedes en su libro Diagnóstico, cáncer.

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