Polly Bergen

Polly Bergen fue merecedora de un Emmy por su trabajo en The Helen Morgan Story, una emisión de Playhouse 90 dirigida en 1958 por George Roy Hill. Pero el recuerdo que esta actriz y cantante –fallecida el pasado sábado por causas naturales– dejó en nuestras pantallas está asociado a la Peggy Boden de El cabo del terror (J. Lee Thompson, 1962) y la Rhoda Henry de Vientos de guerra, la teleserie de la ABC que tanto interés despertó en sus emisiones españolas de hace 30 años. 

Ahora bien, a lo largo de las casi siete décadas en las que se prolongó su carrera, hubo espacio para el eclecticismo que la llevó de sus colaboraciones con Hal Walker en algunas de las simpáticas comedias que protagonizaron Dean Martin y Jerry Lewis –At War with the Army (1950), That’s my Boy (1951)– a las sarcásticas procacidades de John Waters: Cry-Baby, el lágrima (1990).

Hija de un ingeniero, Polly Bergen nació en Tennessee en 1930 con el nombre de Nellie Burgin. Trasladada su familia a Los Ángeles siendo aún una adolescente, todavía cursaba sus estudios en el Compton Junior College cuando comenzó a cantar profesionalmente en la radio. 

Sólo tenía 14 años y ya daba conciertos por todo el sur de California. De hecho, en su primera cinta, Across the Río Grande (Oliver Drake, 1949), una de aquellas glorias de la serie B producidas por la Monogram, debutó como cantante de cantina. En los créditos, figura con su verdadero apellido. El nombre artístico se lo puso Hall B. Wallis, el productor que la descubrió para la Paramount.

Ya con su nombre artístico, protagonizó un western de Byron Haskin, La senda de la guerra (1951), una de las maravillosas cintas negras de Joseph H. Lewis, Cry of Hunted (1953), y otro delicioso western de John Sturges, Fort Bravo (1953). 

Mientras su carrera como cantante se afianzaba en álbumes como Little Girl Blue (1955), The Party’s Over (1957) o All Alone by the Telephone (1959), la filmografía televisiva de la joven actriz daba comienzo en algunos espacios dramáticos, entre ellos, The Pepsi-Cola Playhouse (1953), refresco que acabaría anunciando.


Dedicada por completo a la pequeña pantalla, no volvió a la grande hasta que Thompson le confió a la Peggy Boden de El cabo del terror, la abnegada esposa de Sam Boden (Gregory Peck), el abogado que llevó a la cárcel a un implacable Max Cady (Robert Mitchum), quien, de nuevo en libertad proyecta su venganza sobre toda la familia Boden. 

Debió de ser en este filme donde la ABC, responsable de Vientos de Guerra, reparó en el magnetismo existente entre la bella Polly y el duro Mitchum, yendo a reunirles 20 años después como protagonistas de su célebre teleserie. Aunque aún pudo verse a la actriz en algunas comedias como Apártate cariño (Michael Gordon, 1963), o Guía para el hombre casado (Gene Kelly, 1967), el resto de su filmografía discurrió, básicamente, en la televisión. 

Vacaciones en el mar, Hotel o Se ha escrito un crimen fueron algunas de las propuestas que contaron con ella. A comienzos de siglo volvió a cantar en Broadway con más de 70 años y estuvo nominada a un premio Tony. Ya en épocas más recientes pudo vérsela en Los soprano y fue la Stella Wingfield de Mujeres desesperadas. 


Al margen de su actividad artística, en 1965 puso en marcha una línea de cosméticos y fue autora de varios libros de belleza. Estuvo casada con el actor Jerome Courtland y el productor Freddie Fields.

Polly Bergen, actriz, nació el 14 de julio de 1930 en Knoxville (Tennessee, EEUU) y murió el 20 de septiembre de 2014 en Southbury (Connecticut, EEUU).

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