Lewis, batido por su delfín

En el primer gran duelo del año en los 100 metros, Leroy Burrell, «el nuevo Johnson», el «delfín» de Carl Lewis, derrotó al rey mundial de la velocidad. No se trata, ni mucho menos, de una destitución o un derrocamiento, pero sí de un aviso, de un nuevo foco de interés internacional, de un pregón de competitividad renovada. Las marcas respectivas (10.05 y 10.08) son, objetivamente, de elevado nivel, aunque en sprinters de este calibre ya sólo llamen la atención las inferiores a 10 segundos.

Antes de ese enfrentamiento, producido en la madrugada española del lunes al martes, algunos habían hablado de, tal vez, récord del mundo. Los más juiciosos, sin descartarlo, no tomaban realmente en consideración la posibilidad. Un récord, y más el de 100 metros, no es un plato de menú diario. Sin embargo, la victoria de Leroy Burrell sobre Carl Lewis supone una amenaza más a esa plusmarca que, tras la expulsión de Ben Johnson a las tinieblas exteriores, ostenta el celebérrimo «hijo del viento». Leroy Burrell (23 años, 1.80 y 83 kilos), significa la certidumbre de que el atletismo, incluso en sus especialidades más selectivas, conoce el movimiento continuo. Confinado Johnson en sus cuarteles polares, nada parecía amenazar la supremacía de Lewis. El séxtuple campeón olímpico y quíntuple mundial se quedaba solo y ¿apático? en la cima.

Pero ya en 1989 los teletipos enronquecieron hablando de los 9.94 de un chico de Santa Mónica (el mismo club de «King Carl») y estudiante en la Universidad de Houston (la ciudad en la que Lewis reside). Las imágenes mostraban a un atleta más parecido a Johnson que a cualquier otro. La misma estatura y casi exacta corpulencia. Un ejemplar de velocista en el que la esbeltez se supeditaba a la rotundidad. A lo largo de esa temporada 89, el nuevo obús no confirmó el estrépito sonoro de la explosión que lo había precedido. Fue derrotado cinco veces por el propio Lewis. Y también les vio el dorsal a Stewart, André Cason yDennis Mitchell. ¿Una nube de verano? ¿Sólo una ráfaga huracanada?...

Este año, sin embargo, el ciclón Burrell ha arreciado. Once victorias consecutivas avalan la fuerza de los nuevos vientos. Lewis aún no ha alcanzado su velocidad de crucero, y Burrell ha llegado lanzado a este final de julio. No obstante, todo aquel que gane a Lewis cobra en el acto una aureola dorada y se hace acreedor a los máximos derechos y merecedor de las más atrevidas conjeturas. Leroy Burrell ha bajado este año tres veces de 10 segundos (dos de ellas, 9.94 y 9.95, con viento a favor). Su mejor registro legal son los 9.96 conseguidos en la localidad francesa de Villeneuve D'Arcq, el 29 de junio. En los Campeonatos Universitarios de EE.UU corrió una semifinal en 10.01, y en Lausana venció con 10.05, que con los también 10.05 de Seattle constituyen hasta ahora su «peor» marca de la temporada.

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