Anaya Conde y sus denuncias

El que fuera presidente de Telecinco, Germán Sánchez Ruipérez, intenta ganar en las negociaciones con abogados lo que perdió en el campo de batalla. Refugiado en su 25% y en el 15% de su amigo, el dueño de Chocolates Trapa, Fernandez Montreal, se resigna cada día que pasa a quedarse con El Sol y olvidarse de las estrellas de la pequeña pantalla.

En lo único que coinciden ,a ambos lados dé la linea de fuego es en el papel protagonista que ha tenido Pedo Higuera, consejero delegado de Anaya y el hombre que se enfrentó de forma radical con Valerio Lazarov. Desde la zona de Silvio Berlusconi y desde la zona de Sánchez Ruiperez afirman que sin la presencia del que fuera consejero delegado del canal de televisión, todo habría sido diferente. Las dos partes están ahora a la búsqueda de un socio o unos socios capaces de comprar ese 40% que se ha quedado «descolgado» del grupo que capitanea Miguel Durán.

Las repercusiones del fracaso aún no se han hecho notar en la editorial, pero las «guerras internas», que estaban larvadas no tardarán en concretarse con nombres y apellidos. Los 500 millones de dólares que pagó Sánchez Ruiperez por su editorial americana esperan que se les «saque» la plusvalía que merecen, y el catedrático Pedro de Vega puede ser la pieza que arme, en paz, todo el rompecabezas. A la sombra, discreto como siempre, está el vicepresidente Monreal Luque, el hombre que dinamizó las carreras financieras de Mariano Rubio y Francisco Fernandez Ordoñez al llevárselos al Ministerio de Hacienda en tiempos de Franco.

En Valencia están esperando José Serratosa y su incondicionales, incluido don Pablo Garnica, la querella anunciada por Mario Conde y su equipo de asesores, con Matias Cortés y Rafael Pérez Escolar «obligados» a trabajar en equipo, pese a sus públicas diferencias. El despacho de José Luis Sanchís, cargado de trabajo en su labor de asesoramiento en comunicación e imagen, ya tiene preparadas las baterías para responder a las andanadas del presidente de Banesto. El que fuera parlamentario del PNV, Andoni Monforte será uno de los «sargentos» responsables de abrir fuego.

En el Ministerio de Industria han firmado su «Yalta» particular. Mientras observan preocupados como se les involucra en la guerra de Juan Guerra, tanto Claudio Aranzadi, el ministro, como Jordi Mercader, el presidente del INI, han decidido enterrar las armas y olvidarse de sus enfrentamientos, motivados sobre todo por las ambiciones que despertó Narciso Serra en algunos de sus hombres de confianza a finales del año pasado. La industria de defensa y el sector electrónico, sobre todo, fueron las excusas, siempre con la privatización en su papel de pesado Javier de la Rosa, el «hombre inevitable» cuando se habla de negocios en esta Pspaña. Los distintos «clanes» con poder dentro del PSOE han cerrado filas ante los beligerantes críticos encabezados por Julian Campo y Ricardo García Damborenea.

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