Victoria Vera la primera en desnudarse

 Tiene una especial preferencia por interpretar a mujeres que intentaron cambiar el tiempo que les tocó vivir. Desde que protagonizó el desnudo teatral más sonado de la democracia española en ¿ Por qué corres Ulises?, de Antonio Gala, el nombre de Victoria Vera ha ido asociado siempre a la rebeldía, a la búsqueda de nuevos caminos. Más guerrera y controvertida que nunca, la inolvidable Neleta de Cañas y Barro, está actualmente en los escenarios con Tristana, el personaje de Benito Pérez Galdós que encarnó, entre otras, Catherine Deneuve a las órdenes de Luis Buñuel, y acusa a los poderes públicos de la grave crisis del teatro en España.

Pregunta. Tras su regreso de Italia, parece haberse especializado en papeles de heroínas. Primero, Antígona, después Lulú, y ahora Tristana. Tres mujeres de armas tomar...
Respuesta. Efectivamente, lo considero una especie de trilogía porque se trata de tres arquetipos femeninos muy fuertes, con mucha personalidad.


P. ¿Le va bien el personaje de Tristana?
R. No tengo nada que ver con ella, pero sí creo que Tristana tiene mucho que ver con España. La idea de Galdós es la imagen de esa España que quiere soñar, que quiere volar, que quiere salir, el retrato de la dureza española que tan bien reflejó Unamuno.
P. Se ha inspirado en la interpretación de Catherine Deneuve en la película de Buñuel...
R. En absoluto. Lo que hizo Buñuel en Tristana fue un gran homenaje al hombre en la figura de Don Lope, pero se olvidó del carácter progresista, libertario y renovador de la protagonista, que es insólito para el siglo XIX.
P. ¿Sigue vigente Galdós en el 150 aniversario de su nacimiento?
R. Totalmente y cuando me llamaron para hacerla, me volví loca porque, además de la espléndida versión de Enrique Llovet, es una obra que me produce una gran satisfacción, como cuándo interpreté La Tumba de Antígona, la única pieza teatral de María Zambrano y que no había sido estrenada en España.

P. A usted parece gustarle el riesgo.
R. Si, pero a veces llegas con un proyecto que ha sido un éxito en provincias y que al final no cuaja porque tropiezas con gente que no tiene ni idea, pero que manejan una serie de coordenadas... No se descubren nuevos actores ni directores, todo está estancado, como si no valiera la pena asumir nuevos retos ni hacer locuras.
P. Usted que también ha sido productora, ¿ cree que es posible hacer teatro fuera de los circuitos estatales?
R. El panorama teatral en nuestro país es un escándalo. Corramos un tupido velo y dejémoslo así. Cuando estás mucho tiempo sin subirte a un escenario y vuelves te das cuenta que trabajar fuera de Madrid es una maravilla. En provincias entienden mucho de teatro, van a ver la obra como si fueran a una fiesta social y las críticas son buenísimas. Pero hay gente que desprecia lo que viene de provincias y si allí has tenido una buena crítica y una mala en Madrid, se quedan siempre con lo negativo.

P. ¿El problema está entonces en Madrid?
R. Lo que ocurre en Madrid es que ha fallado la Comunidad Autonóma. Se trata de un grave problema de responsabilidad política en el terreno cultural y también tienen su parte de culpa los monopolios de los teatros nacionales, que impiden una auténtica renovación generacional. Es una especie de «ghetto» en el que sólo tienen cabida cuatro, y lo que debería hacerse es entrar cortando cabezas como en la Revolución Francesa.
P. Parece empeñada en demostrar que además de guapa, es inteligente.
R. No estoy en esa lucha. De entrada, no estoy empeñada en demostrar nada. Lo que sí me apetece es hacer cosas en las que creo, estoy empeñada en hacer el tipo de teatro que a mí me gusta y lo que yo hago me cuesta mucho, siempre me resulta muy difícil porque tengo muy poco arropamiento...

P. Quizá no ha conseguido librarse de aquella imagen frívola de los primeros tiempos del destape. ¿Se desnudaría ahora?
R. No me planteo siquiera hacerlo. Si de repente, hubiera un guión, una historia... Creo que hay gente que se desnuda por el solo hecho de hacerlo. Hubo una época del cine español en la que todo el mundo se desnudaba: era como una especie de fiebre. Depende de cómo se trate, de qué valor tenga, de que papel juegue la mujer.
P. Y si a pesar de Alberti o de Zambrano el público sigue acordándose de Cañas y barro o del anuncio de los puros...
R. Claro que la gente se acuerda de todo eso y de Ninette y un señor de Murcia. Pero es que yo tengo dos historias. Una, con el teatro, en el que sigo una dirección muy clara y otra paralela, que es el cine y la televisión, que es distinta porque no he tenido las mismas oportunidades en cine que en teatro.
P. Vamos, que lo que le gusta realmente son las candilejas...
R. Tengo más rigor y soy más puntillosa con el teatro porque me he educado en él, podría haber hecho un teatro más ligero, pero prefiero los personajes que interpreto ahora, aunque me apetecería hacer una comedia porque llego a casa agotada todos los días.

P. ¿Tiene algún proyecto?
R. En principio, una serie para TVE, basada en Entre naranjos, de Blasco Ibáñez, que seguramente se hará este año. Luego, compromisos en Italia y posteriormente, una película en España.

Comentarios

Entradas populares